Cuando al salir de la secundaría iba con mi amigo Roberto a los edificios de la unidad habitacional y nos sentabamos en la acera a fumarnos un cigarro. A veces también nos sentabamos en una
banca de un parque cercano, sólo uno, para que no se nos nostara el olor. No nos hacpia sentir ni más importantes ni mejores, ni nada, sólo lo haciamos. Luego, en la vocacional, fumaba uno diario, sólo uno por qué "no queria hacerme adicto", pero a veces eran más. A las chicas les gustaba verme fumar o al menos eso me imaginaba, de vez en cuando una fiesta y la cantidad aumentaba, total, cuando mi mamá me reclamaba que olia a cigarro siempre decia que no era yo, sino los otros que no paraban de fumar.

Empece a trabajar, y ganaba mi dinero para comprarme una cajetilla, no diario, porque en la oficina estaba prohibido fumar, pero después de comer encendia uno o dos. La escuela superior era dificil, aunado al trabajo y otras cosas, el cigarro siempre fue un buen compañero, me sentía importante, era de los pocos que trabajaban y estudiaban. Al fin de cada clase lo primero que hacia era encender el cigarro, una cajetilla diaria. Después empezó el cansancio, la fatiga, el olor, el color amarillo de los dedos y de los dientes.
Después trabajaba 17 horas diarias, a veces no desayunaba ni comia, y fuamaba para aguantar el ritmo, siempre una cajetilla, más uno u dos que alguien me invitaba. En las fiestas llevaba mis camel americanos, eran importados y en 5 horas me acacaba una cajetilla. En el billar con los amigos de la oficina, tres o cuator cajetillas, todos agarrabamos de las de otro pero al salir me enfrentaba con la realidad, siempre era como si el aire nunca fuera suficiente.

El record fue una cajetilla en una hora, no importa le motivo ni lo dificil de la situcion, 20 cigarros en una hora es demasiado. En el billar, cuando matabamos clase para ir a tomar unas chelas en el esticonamiento de la facultad, incluso en el salón de clases, a mi me valia madres, yo fumaba como si en verdad quisiera morirme, hay quienes vomitan lo que comen, otros se vuelan los cesos o se tiran en las vias del metro o se cortan las venas, yo no era capaz de eso, sólo fumaba. Nunca he fumado antes de las 10 de la mañana, salvo muy contadas exepciones, pero no fumo porque simplemente no puedo, el aire es demasiado frio y siento que no me entra en los pulmones, después se pone dificil, siempre la tos, las flemas, la sangre en la nariz, auncuando solo fumes cuatro o cinco al día es lo mismo, te esta llevando la chingada. un dia simplemente te levantas y no pueds respirar y no dejas de toser y dejas de fumar, porque ya los pulmones no dan para más.
Pero no, no trato de ser uno de esos que se arrepienten de lo que han hecho, yo me arrepiento de no tener el valor de seguir haciendolo