jueves, septiembre 13, 2007

Life is like a dice game


Estoy cansado. Lamentablemente la vida no es un juego donde simplemente uno se levanta de la mesa y decide no jugar más. Supongo que se debe continuar jugando mientras los dados estén sobre la mesa.

jueves, agosto 16, 2007

Un bel di...


Chiamerà Butterfly dalla lontana.
Io senza far risposta
Me ne starò nascosta
Un po´ per celia, e un po´ per non morire
Al primo incontro, ed egli alquanto in pena




Para todos aquellos que alguna vez han escuchado esta ária, coincidirán que es una de las más bellas canciones. Además, creo, nadie podria interpretarla tan bien como la Callas, la he escuchado cientos de veces y no me canso de ella. Mo se porque a muchos no les gusta la opera, sinceramente los invito a que se sienten una tarde y cierren los ojos y escuchen esta pieza.


Hablando de lo mismo, pero de un modo más trágico, pienso en el modo en que la historia de Cio-Cio-San (Butterfly) se parece a la de María Callas, ella termino esperandolo mucho tiempo y al final solo le trajo muerte. Pienso que esta aria es un canto al amor, a la esperanza del amor. Pero sobre todo el titulo: "Un bello dia veremos..." Pienso que alli es donde radica su fuerza, porque todo, es bello cuando nos enamoramos, asi pues Butterfly sabe que ese dia será bello y luego, cuando se dirije a su criada: "Tutto questo avverrá, te lo prometto. Tienti la tua paura,- io con sicura fede lo aspetto" (Todo esto sucederá, te lo prometo. Guárdate tus temores, yo con segura
fe lo espero!).

lunes, julio 30, 2007

Chelas

Pues resulta que algunos miembros distinguidos de la Banda Pistera de la FEFA (Federación de Estudiantes de la Fila de Atrás) nos reunimos en la casa donde actualmente vivo, me cuesta un chigno decir "mi casa". La comida fue una rica carne asada y tradicional chorizo de toluca, la tarde estaba fresca, pero llovió después de la comida, Como siempre, Mere, Lara e Iván hicieron de las suyas. Fue una buena "inaguración", aquí les dejo un par de fotos.


En foto se aprecia Lara sirviendo la comida, en el fondo Ruth ayudandome a cocinar.












martes, julio 24, 2007

Reencuentros, Toluca, Vida....



A veces me cuesta empezar a escribir, porque hay cierto tipo de cosas que es mejor quedarse para si mismo, como uno de esos cofres donde los niños guardan canicas y botones y largartijas muertas y fichas de domino y un sinnumero de tesoros. Pero han sucedido cosas en mi vida (porque a fin de cuentas este blog se trata de una parte de mi mismo), que quisiera escribir.

Lo primero es que Dolores y yo nos reecontramos, como dos complices, como viejos amigos, y aún me baja la presión cada vez que la veo y soy muy feliz a su lado, lo demás es cuestión de tiempo. Lo segundo es que dejé de vivir con mis papás, desde hace quince dias vivo en la hermana republica de Metepec, en una linda casita, debido a que me cambié de trabajo y a pesar de que todos los días hace un buen de frío estoy contento





sábado, julio 07, 2007

Princesa de las horas

Lunes 2 de Julio de 2007
Huatulco, Oaxaca

“Ella le pidió que la llevara al fin del mundo,
el puso a su nombre todas las olas del mar”
- J. S. -


Es verdad. Nos robaron todas las palabras,
todas las promesas sobre las olas,
todos los sonidos sobre la espuma.
En otro tiempo, tu corazón: milagro de las horas,
fue devorado por abismos
donde habitan lobos y serpientes.
Y aprendiste a volar con alas rotas,
y a caminar con medio corazón.

Ya sé que estas son las cosas
que no deben repetirse,
que tus ojos tristes
dicen más que mis palabras,
que tu mano tiembla en mi mano
cuando a tu memoria
acuden las sombras.

Hubo un tiempo en que yo no te tocaba,
en que cada palabra y sonido y mirada , se apagaba.
Conocimos el silencio de las voces
y mi dolor era tu ausencia,
y deje de creer en las palabras.
A veces me pregunto si en verdad eres tú,
o solo uno de esos sueños
que me dicen que regresas.

Escribo esto porque aprendo a conocerte
Princesa de las horas.
Te miro en la tarde fría,
cuando me tomas del brazo,
y ríes bajo los árboles,
y de algún modo
aprendo a volar con tu libertad.

jueves, junio 21, 2007

Por el Danubio

Creo que ese es el nombre del vals que encontré en el Youtube. A decir verdad no soy fanático de Andre Rieu, pero si de esta pieza en particular que me parece uno de los mas bellos Valses, tampoco recuerdo quien lo compuso, porque a decir verdad ya lo había escuchado, pero si alguien lo sabe puede dejar un comment. Espero que lo disfruten tanto como yo. También les dejo los vínculos a otros videos del mismo interprete que se me hacen dignos por la música solamente.




Brucia la Terra (Tema de la película El Padrino)
Tema de Amor de Romeo y Julieta

lunes, junio 11, 2007

No soy yo, sino yo, que estoy en otra parte

No soy yo, sino yo, que estoy en otra parte,
como uno de esos viajes donde uno sueña
con barcos que flotan sobre oceanicas noches.
No es esta tristeza absoluta del día,
ni los ecos-voces de la gente,
ni el ruido de las cosas, sino yo.

Termino por mirar mis palabras,
como cuando se escapan
por el agujero de un bolsillo las monedas,
y no soy yo, sino yo, que estoy en otra parte.
He venido a naufragar en este abismo.
Deje de mirar ese mar de tus ojos.
Ya no recuerdo todas las cosas de antes,
ni el lugar secreto donde pronunciaba tu nombre,
ni la hora oculta del día en que rompia tu silencio.

No soy yo, es algo mas alla que el abismo
de mis dedos a mis palabras.
No soy yo, sino que aqui se acabo la historia,
tu nombre impronunciable.
Te encontré detrás de mis plegarias,
y fuiste el resumen de mis palabras de tanto tiempo,
y yo no estoy aqui,
y no soy yo, sino yo, que estoy en otra parte.

domingo, abril 15, 2007

La mas grande historia de amor.

Digo que no puede decirse el amor.
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal.

- Jaime Sabines -

Alguna vez oí decir que Romeo y Julieta era la mas grande historia de amor. nunca lo he creido así, por el contrario... pero bueno, ya todos podrán dar su opinión sobre dicha obra. Lo que quiero escribir es algo que pensaba el otro día, y es que alguna vez quise escribir una historia de amor, o mejor dicho, la más grande historia de amor. Una historia acerca de ella ( lease Amaranta, Ivonne, Dolores, etc.) pero la verdad es que estoy seguro que para escribir la más grande historia de amor, es necesario haber vivido la más grande historia de amor, y hasta donde puedo concebir, las historias de amor, tienen que ver con dos personas y la verdad es que lo unico que podria escribir (y lo he hecho en todas las palabras que ya he escrito) es la historia de mi amor por ellas. He renunciado a este proposito, sin amargas quejas ni ironias, ni nada.

También existe el hecho de que las historias (cualquier clase de historia), poseen una temporalidad y espacio finitos, y no deseo eso para la clase de historia que algún dia quise vivir, es decir, no quiero delimitar los acontecimientos, como dijera Durell: "Mi libro, tendría la capacidad de soñar". Pero tampoco una historia, debería aspírar a la trascendencia. Es decir, Romero y Julieta, sería la más grande historia de amor, solo para ellos, sí esa historia nunca hubiera sido escrita. Porque a fin de cuentas esa historia se ha repetido una y otra vez y se repetirá desde siempre y para siempre. Así que no creo que se pueda escribir la más grande historia de amor, si se tiene suerte, se podrá vivir, pero jamás escribirla.
Generalmente las relaciones entre hombres y mujeres se caminan en dos extremos de una delgada línea. Dichos extremos son la felicidad y la desdicha. y ambos, amante y amado, cambian de uno a otro extremo con rápidez. Una historia de amor, no deberia ser una historia feliz, ni triste, sino ambas. Absolutamente feliz y absolutamente desventurada. Y dicha historia debe ser vivida por sus personajes con intensidad y solo eso, sin ninguna otra pretención, pues como dijera Durell, "Existe un punto en el que el dolor de tranforma en arte" y una historia de amor, dista mucho de ser artística o siquiera estética, generalmente es cursi y patética. Aún así, una historia de amor merece ser contada. La historia que día a día se cuentan los amantes en sus brazos, la historia cuyo protagonista es ese animal bicefalo y visceral. Mediante esta vivencia, los amantes pueden aproximarse a ese mundo desconocido al que el artista solo puede acceder mediante la soledad. Aunque claro, los amantes tienen por mascara el egoismo y la identificacion que termina por alejarlos de si mismos.

martes, marzo 27, 2007

Jaime

Ya van ochenta y un años que te celebramos, que celebramos tu vida, tu voz, tus palabras. Como me dolio tu muerte Jaime aunque bien sé que hubieras preferido que no te lloraramos, ¿pero qué quieres?, si a fin de cuentas somos todos de la misma carne y de los mismos huesos de esta tierra. Nunca te has ido realmente Jaime. Cada vez que me siento muy sólo y muy triste, leo tus palabras, porque de algún modo tu también estabás muy solo y triste. Te leo Jaime, y es como si escuchara tu voz pensando cada palabra, me recuerdas las cosas que ya he olvidado, que la vida es una celebracion continua del aire, del sol, de la lluvia, del amor. Feliz cumpleaños Jaime
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.

Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.

En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.

Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.

Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de
inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.

Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorandola hermosa vida.

martes, marzo 20, 2007

Viajes, busquedas, silencios...

Siempre que contemplo el azul inmenso del mar, recuerdo que es exactamente lo que quiero en la vida, o al menos recuerdo como es que me imaginé vivir. Veo el oleaje blanco y espumoso del mar sobre las rocas y me acuerdo de todas ellas que nunca se quedaron, y que, siempre, termino buscando el el aroma del mar, en la brisa fresca, en el horizonte lejano de todos los sueños. De un tiempo para aca sólo puedo escribir cosas acerca del mar, como si todas las cosas se resumieran en el agua profunda y misteriosa, en el cielo azul y claro del día, en el vaiven eterno de las olas, en la arena humeda. Escucho el sonido nocturno de las olas, es como si algo grande y misterioso exalara palabras en un idioma antiguo, como si con ese idioma hubieran sido creadas todas las cosas, incluyendo tu nombre y el de la estrella que juntos encontramos. Es allí, mientras contemplo la tarde, mientras la brisa resopla en mis pulmones que más solo me siento, y, sin embargo, es cuando más en paz estoy. Cada viaje me enseña algo distinto, algo que debo descubrir en mi, algo que mis palabras deben decir, algo que solo se aprende con el silencio.

Este viaje no ha sido distinto, he aprendido algo de la belleza, de la noche, de la amistad, de los recuerdos, de las busquedas. Son cosas que no tiene caso escribir, porque son para uno mismo, porque tampoco tienen nombre ni un lenguaje propio con que ser dichas, siempre viene a mi esa pregunta ¿Cómo le dices a un ciego de que color es el mar? Sólo hasta que lo sientes en tus pies, en tus manos, en tus ojos, lo puedes saber.

lunes, febrero 05, 2007

Tercer Mito de Iranda

Mucho antes de que el mundo se quedara quieto, pero quieto de veras, no solo el tiempo, sino los árboles y las nubes y el ganado y el ladrido de los perros en el viento y las imágenes confusas y desperdigadas de los sueños de los hombres de Iranda. Mucho antes de que los mapas o los caminos pudieran ser precisados por alguien, o quedara resguardada en la memoria de las personas los lugares, formas y colores de las cosas. Mucho antes del diluvio mítico, Mucho antes de todo eso, Iranda era un pueblo ambulante. Las personas eran siempre las mismas y vivían siempre en las mismas casas, y salían siempre a la misma hora cuando los tañidos lúgubres de las campanas de la iglesia repicaban siempre a la misma hora de la tarde para llamar a misa, y los juegos de los niños eran siempre los mismos, y los nombres de las calles eran siempre las mismas fechas sin significado alguno, y todo era siempre lo mismo y tan distinto.

Iranda despertaba como si tuviera vida propia, como un viajero sin destino, a veces a un costado del mar, mirando la mañana luminosa y fresca. Entonces los hombres se embarcaban y tiraban sus redes, recordando como sus padres, y los padres de sus padres y todos los hombres desde el principio del tiempo, habían hecho lo mismo. Y en las noches se reunían con las mujeres y los niños alrededor de una fogata y se contaban historias de otro tiempo y escuchaban el arrullo de las olas y el sonido del viento sobre las aguas oscuras y contemplaban el luminoso blanco de la luna llena. Otras veces Iranda era un bosque, un bosque frío y eterno donde los hombres salían a alimentar sus rebaños y cortar los árboles ancestrales como todos sus antepasados lo habían hecho, como sus hijos lo harían. Y las mujeres trasquilaban las ovejas y tejían las ropa y ordeñaban las vacas y criaban las gallinas y todo era como siempre había sido. Cuando Iranda se despertaba en medio del viento seco y arenoso, incrustada en la montaña, como si durante miles de años hombres y mujeres invisibles hubieran cincelado aquellas paredes, sus habitantes se adentraban en los túneles que conducían a profundidades desconocidas y extraían oro y otras piedras, porque eso era lo que siempre habían hecho desde el principio del tiempo.

Porque nadie se daba cuenta de que Iranda no era un lugar, sino muchos a la vez, como si poseyera voluntad propia para escapar a su destino. Sus habitantes pertenecían a ella como sus hijos, pero Iranda no pertenecía a ninguna parte, es por eso que no existían las fechas conmemorativas, ni los monumentos o estatuas que recordaran otros lugares o cosas. Nadie se iba de Iranda, pero si alguien llegaba, se daba por entendido que siempre había vivido allí. Tampoco nadie lloraba a ningún muerto, no es que no murieran, sino que nada existía en la memoria de los hombres sino por obra de Iranda. La ciudad se soñaba a si misma en las noches de sus habitantes, se movía continuamente de un lugar a otro y sus habitantes sabían que todos los lugares eran la misma Iranda.

Mercedes Segovia había dado a luz un hijo en octubre. Las Jacarandas ya estaban deshojadas. Lo había concebido una fría noche de enero, y no había podido dormir aquella noche. Tenía apenas veinte años. El padre era un vendedor de todo lo que encontraba en sus viajes. Le había contado a Mercedes que había estado Iranda muchas veces, o mejor dicho, en muchas Irandas, como si después de semanas de caminar sólo pudiera llegar al mismo punto de partida. y, sin embargo, eran lugares distintos. Mercedes soñaba con los ojos abiertos mientras él iba contándole como eran aquellos lugares, mientras la besaba poco a poco desde la mano hasta el cuello, mientras ella se preguntaba como serían aquellas personas, si existiría otra Mercedes en otra Iranda distante y desconocida, si aquella otra estaría viviendo lo mismo en ese preciso instante, como si el mundo fuera una repetición de si mismo, como si se tratara de un espejo frente a otro dentro de un eterno reflejo de las cosas.
Mercedes Segovia sabía que algo era diferente en su hijo, lo miraba dormir, y el niño dormía respirando tranquilamente, pero era como si cada vez que lo viera, fuera un niño distinto, el hijo de alguien más. Le había contado a su madre la vez en que se despertó de madrugada porque había tenido un sueño confuso, donde se veía a si misma sin el hijo en el vientre, y en un lugar completamente distinto. Se despertó gritando porque pensó que el niño se le había muerto, pero no, seguía pateando y moviéndose dentro de ella, como algo ajeno. El sueño se repitió muchas veces mientras el niño aprendió a hablar, Mercedes se veía a si misma alejada de su hijo y se despertaba siempre con el miedo de no encontrarlo dormido en la cama, pero nunca sucedió, más bien aquel pequeño retraído nunca hablaba con nadie, y parecía siempre sorprendido por las cosas más comunes. Una noche Mercedes se despertó por aquel mismo sueño, pero creyó que era el niño quien la estaba soñando, se acercó rápidamente a la cama pero el niño estaba dormido, Mercedes lo sacudió porque pensó que estaba muerto. El niño entreabrió los ojos y miró a su madre -¿Qué estabas soñando?-Le preguntó y lo sacudió de nuevo -Nada- dijo aún adormilado. Mercedes Segovia lo supo entonces, que aquel niño concebido en lugares distantes de su imaginación, no soñaba. Porque su madre le había arrancado desde el momento de concebirlo la capacidad de soñar, o mejor dicho, de que Iranda soñara a través de él. Mercedes Segovia había imaginado aquella noche todos aquellos lugares existentes, pero que ni ella ni ningún habitante podían recordar a pesar de haber estado alli, y es que por primera vez alguien había imaginado a Iranda.

martes, enero 23, 2007

Recuerdos

Resulta que hoy estabamos en la facultad, puesto que estoy cursando el intersemestral de Matemáticas Financieras, entonces ibamos caminando (Ivan, Lara y yo) y me senti terriblemente triste, como cuando García Márquez escribe que uno cae en esas trampas de la memoria, pues me pasó igual, volví a mirar el cesped verde como alfombra y los árboles altos y viejos de invierno y la luz crepúscular de la tarde y respiré el viento frío impreganado con el aroma de la madera y las hojas, miré el camino de asfalto, las nubes altas resplandecientes con los últimos rayos del sol, y me acordé de ella. Es como saber que voluntariamente uno cae en un abismo, o en un camino sin retorno. Pero descubrí dos cosas, la primera, que hace tanto no escribo, o mejor dicho, no quiero escribir, para no enfrentarme con mis recuerdos. Y la segunda, que pienso que de eso se trata todo, de no acordarse de nada, no puedo decir que durante los ultimos meses he sido feliz, pero al menos ya no me atormenta el pasado y eso de algún modo está bien. Todo se trata de no dejarse sorprender por los recuerdos.