martes, septiembre 13, 2016

A propósito de la marcha por la familia

"Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.

Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado."
Lucas 15:11-32.

Cada que leo este fragmento del evangelio, me hace ver lo que creo es la verdadera naturaleza del hombre: Por una parte el "mal hijo", despilfarrador, desobligado, etc. y por otra, el "buen hijo" pero ambos pecadores, uno por la debilidad de la carne y el otro por la debilidad de su orgullo. 

Solo quienes hemos pecado gravemente, entendemos que el arrepentimiento por haber ofendido es el peor castigo. La culpa silenciosa que carcome cada momento por las faltas que hemos cometido es, en si misma, la cicatriz que señala nuestros errores. 

Quisiera llevar esta parábola a un acontecimiento reciente, la llamada marcha por la familia. ¿Qué es una familia?, cito nuevamente las palabras de Jesús: "Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera, enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo: «Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan». Él les respondió diciendo: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: «Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»."

Considero que no es solamente el vínculo sanguíneo, filial, fraternal o erótico lo que constituye una familia, sino que, como bien lo enseña Jesús, todo aquel que hace la violuntad de Dios, es padre y madre y hermano y hermana.

Me alegra que existan muchas familias constituidas por hombres y mujeres, y que ellos como "buenos hijos" obedezcan a su padre, por que si han cumplido la voluntad de Dios, ya tienen todo lo que es del padre. pero una marcha como esta, refleja el mismo orgullo herido del buen hijo en la parábola. ¿A caso Jesús no enseñó: ama a tu prójimo como a ti mismo?

Pero me alegra más que existan otro tipo de familias, las constituidas por seres humanos que se aman y respetan, que cumplen la voluntad de Dios sin importar el sexo del cual están constituidas dichas familias.

Deberíamos salir a marchar, pero arrepentidos del daño, del dolor, de la indiferencia, de la discriminación que causamos, no solo a gays, lesbianas, homosexuales, transexuales, etc. sino a todos, a los pobres, a los enfermos, a los que no tienen hogar, a los animales, a los esclavos, a la naturaleza que herimos día a día.

Deberíamos marchar y pedir perdón a Dios por nuestras enormes faltas, por no mirar el tronco en el ojo propio antes que la paja en el ajeno.

Por que con la vara que medimos seremos medidos y sólo si estamos libres de pecado podremos tirar la piedra.

Más de dos mil años y no entendemos que no hay camino para el amor, el amor es el camino