lunes, octubre 09, 2006

de Rayuela a La orilla de la chimenea

Sopla el viento frío, de nuevo, como hace mucho, escribo en la noche, oscura y cubierta de nubes grises. Escribo siendo el mismo y tan diferente, feliz, con esa felicidad que solo se siente mientras el viento resuena entre las hojas de los árboles, mientras me trae el recuerdo de su sonrisa, de sus ojos claros, de su piel tan blanca. Vuelve a cantar el flaco, como ella lo llama y yo recuerdo aquella tarde de mar mientras las olas reventaban en la arena, y sí, estoy feliz, no quiero pensar en si va a decir que sí o va a decir que no, eso no importa. Importa que la conozco, que no recuerdo haberme sentido tan bien desde hace mucho... "o tal vez esa sombra, que se tumba a tu lado en la alfombra. a la orilla de la chimenea, a esperar que suba la marea". Nunca tuvieron tanto sentido las palabras de Sábina, no porque puedan ser realidad, sino por la posibilidad. Pero se me olvidaba que debí empezar hablando de Rayuela, pues bien, Dolores me regalo Rayuela, con una tarjetita azul con un dibujo de un gato que ella misma hizo, no sé que quiero más, si la tarjetita o el libro, que dicho sea de paso, siempre he querido leer y que por alguna extraña razón siempre estába agotado. Como sea, no paso del capitulo 73, es decir, del primero, porque decidí leerlo en ese orden extraño que Cortazar propone. Es de noche, hace frío, pienso en ti Dolores, sólo por si acaso lees esto, sólo por si acaso esta historia continua y yo sigo feliz y escribiendo cosas que nada tienen que ver con unas con otras, pero que a fin de cuentas tienen que ver contigo y conmigo. Por cierto, a Cortazar le gustaban los gatos, si usamos ciertas reglas de inferencia llegaremos a cosas tontas pero que de todas formas voy a escribir porque ya las pensé y ni modo que no las diga, quizá hasta te haga sonreir. A cortarzar le gustaban los gatos, a Dolores le gustan los gatos, a mi me gusta Cortazar, lo que no sé es si me gustan los gatos o Dolores.
Buenas y felices noches tengan todos

1 comentario:

Melody Castro dijo...

Por lo menos en la nostalgia nos parecemos un poco.

Un abrazo...